Parece ser que tiendo a creer que puedo con todo, que puedo comerme el mundo y pasar por encima del bien y del mal sin que me afecten las cosas que pasan a mi alrededor. Parecía que ciertas palabras dichas o escritas podrían no afectarme sólo porque yo decidiera que no lo hicieran, y parecía también que el hecho de estar solo no me afectaría porque fui yo quien decidió decirse que la libertad que se tiene en soledad compensaría todo lo demás...
Lo cierto y verdad es que hay palabras que duelen aunque uno se empeñe en mirarlas de reojo o en guardarlas en el cajón de las cosas que no importan, y es verdad también que la soledad no buscada o buscada pero con fecha de caducidad, hace daño cuando el plazo se va acercando peligrosamente sin que puedas hacer nada por ampliarlo.
Hoy algo se ha removido, lo de antes y lo de ahora, no puedo con todo por más que quiera, no puedo obviar... Como no podía ser de otra forma todo ha salido en el escenario perfecto, un Domingo de resaca donde sigo solo.
En fin... que mañana será otro día...
5 comentarios:
Poner fecha de caducidad a la soledad es un poco kamikaze ¿no?
No era exactamente así, pero sí, mea culpa...
Cuando estés así, un telefonazo, a algún amig@, aunque no sepa hablar por teléfono :P
¿Sólo en el mundo bloguero? Me parece imposible. Siempre hay alguien contigo, que dice lo que tu quieres escuchar. Casualmente acabo de empezar un blog y por el título puedes imaginarte que serás bien recibido y querido.
Que estemos solos no significa que seamos menhires de piedra.
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